52. El Cuerpo y la Personalidad

La Mente Suprema de la Creación es la Fuente de la Sabiduría. Si no buscas una mayor sabiduría, no profundizas tu mente. No creces en tu propio ser. Un cuerpo físico crece, se desarrolla, mientras que su mente comienza a quedarse atrás de la belleza desarrollada del cuerpo físico. Debes comprender que la creación es un sistema operativo, diseñado magistralmente. Por lo tanto, cada elemento más pequeño de la creación está relacionado con el todo.

Del mismo modo, el todo está relacionado con su elemento más pequeño. Hay un sistema solo cuando tres o más elementos están conectados en un todo.

Por lo tanto, tu propio yo tiene un don espiritual recibido del Padre; tu personalidad, ese yo tuyo que debe revelarse a través del amor y la bondad, a través de la verdad y la misericordia por servicio, en el cuerpo material de uno que es muy temporal. Tu ser interior puede ser eterno si descubres el espíritu del Padre dentro de ti mismo. Mientras tanto, un vehículo material que llamas tu cuerpo, y que está diseñado para las manifestaciones de tu ser interior, nunca puede ser eterno. Una energía material que constituye las vibraciones energéticas de baja frecuencia se desgasta y tiene que cambiar su forma de expresión. La carne se desintegra porque ya no tiene las vibraciones de energía más altas que le proporcionan vida y la frecuencia de las partículas del cuerpo desintegrado cae aún más. Esa forma de energía que ha sostenido la vida en un cuerpo físico ha pasado a otra forma que ya no puede mantener la forma de vida anterior. Sin embargo, mientras tu cuerpo reciba la energía de las vibraciones superiores, y mientras sea sostenido por él; durante tanto tiempo tu ser interno debe tener la sensación de que este mismo ser y su vehículo físico, un vehículo vivo y el Padre, forman un sistema dentro del cual cada elemento está interrelacionado.

El Padre otorga el don de la personalidad a cada uno de ustedes; tu propio yo que es un espíritu, que es espiritual y que es eterno. El que es Eterno otorga lo que también es eterno, porque Él es incluso la Fuente de la Eternidad. Por lo tanto, tu verdadero yo, para revelarse por su verdadero carácter, por su brillo, debe tener alguna forma de identidad. Es esta forma la que constituye su forma material, o física, que llaman su cuerpo.

Pero este cuerpo no es tu propio ser interior. Es solo tu forma externa.